¿Qué es un desgarro cutáneo?

Un desgarro cutáneo es una herida traumática provocada por una fuerza mecánica. La fuerza mecánica puede ser cizalla o fricción o puede ser el resultado de la retirada de un apósito adherente.1

 

Los desgarros cutáneos pueden provocar una separación parcial o total de las capas exteriores de la piel (epidermis o dermis). También pueden provocar la separación de la epidermis y la dermis de las estructuras subyacentes (herida de grosor total). La gravedad de un desgarro cutáneo varía en función de la profundidad. No obstante, los desgarros en la piel no se extienden a través de la capa subcutánea de la piel.1  

 

Pueden producirse en cualquier parte del cuerpo, pero son más habituales en las manos, los brazos y las piernas.1

 

¿Sabía qué?

Aunque algunos pueden referirse a los desgarros cutáneo como «laceración», un desgarro cutáneo es una herida muy diferente de una laceración. Una laceración implica desgarro de tejido blando.1

Los tres tipos de desgarros cutáneos

Hay tres tipos de desgarros en la piel. El tipo de desgarro en la piel viene determinado por la gravedad de la pérdida del «colgajo cutáneo>.2 El «colgajo» es la parte de la piel (ya sea la epidermis o la dermis) que se separa de su lugar original por cizalla, fricción o contusión.2

 

Tabla 1: Los tres tipos de desgarros cutáneos1

Tipo1

Descripción1

Ejemplo1

Tipo 1: Sin pérdida de piel

Un desgarro en la piel de tipo 1 es un desgarro lineal o de colgajo. Con esta herida, puede recolocar el colgajo de piel para cubrir el lecho de la herida.

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Tipo 2: Pérdida parcial de colgajo

En un desgarro en la piel de tipo 2, hay pérdida parcial de piel. Esto significa que no puede recolocar el colgajo de piel para cubrir todo el lecho de la herida.

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Tipo 3: Pérdida total de colgajo

En un desgarro en la piel de tipo 3, hay pérdida total de piel. Puede ver todo el lecho de la herida.

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¿Quién está en riesgo de sufrir un desgarro cutáneo?

Nuestra piel es la primera línea de defensa del cuerpo. Actúa como barrera protectora y previene el daño a nuestros órganos y tejidos internos. Sin embargo, si nuestra piel se vuelve débil o frágil, es más probable que se dañe. Esto aumenta el riesgo de desgarros cutáneos, dado que se necesita menos fuerza para provocar una herida traumática.2

 

Aunque los desgarros cutáneos se pueden producir en una gran variedad de pacientes, la población de edad avanzada está especialmente en riesgo. Conforme envejecemos, nuestra piel se vuelve más frágil. La capacidad de la piel para curarse a sí misma disminuye, lo cual puede hacerla incluso más vulnerable a los desgarros.2 (Véase la figura 1 para más información)

 

Si un paciente de edad avanzada necesita llevar a cabo tareas cotidianas, como moverse o lavarse, esto puede aumentar el riesgo de desgarros cutáneos. Además, los pacientes de edad avanzada que tienen otras enfermedades, están sometidos a determinados tratamientos (por ejemplo, quimioterapia) o están tomando ciertos medicamentos (como corticoides), pueden tener un riesgo incluso mayor de sufrir desgarros cutáneos.1  

Figura 1: Cómo cambia nuestra piel conforme envejecemos1

skin integrity over time.jpg

Personas que están en riesgo de desgarros cutáneos2

Aunque los desgarros cutáneos son la herida más habitual entre los pacientes de edad avanzada, hay varios grupos de pacientes con piel vulnerable, incluyendo:

  • personas con problemas de movilidad o parálisis
  • niños y recién nacidos
  • pacientes bariátricos
  • pacientes oncológicos
  • personas con espina bífida y parálisis cerebral infantil

¿Cómo puede prevenir los desgarros cutáneos en mi paciente?

Para prevenir que su paciente sufra un desgarro cutáneo, puede seguir dos pasos. Uno, averiguar si su paciente está en riesgo. Y dos, seguir los pasos para minimizar el riesgo de su paciente. Veamos dos herramientas que pueden ayudarle a ello.

 

Herramienta n.º 1: El protocolo de evaluación del riesgo de desgarro cutáneo

Para averiguar si su paciente está en riesgo, puede usar el protocolo de evaluación del riesgo de desgarro cutáneo (véase la figura 2).1

 

Este protocolo se fija en tres factores de riesgo principales:

  1. piel,
  2. movilidad y
  3. salud general.

Figura 2: Protocolo de evaluación del riesgo de desgarro cutáneo1

 

Herramienta n.º 2: El listado del programa de la reducción del riesgo

Si descubre que su paciente está en riesgo, utilice el listado del programa de reducción del riesgo (Véase la tabla 2). Esto le ayudará a proteger a su paciente de los desgarros cutáneos. El listado le ofrece una lista de consejos y sugerencias basados en los tres mismos factores que la evaluación del riesgo: piel, movilidad y salud general. Mediante el control de los factores de riesgo en torno a su paciente, puede ayudarle a mantener una piel sana y evitar las herida.1

¿Sabía qué?

El uso de emolientes promueve la salud general de la piel. Los estudios han mostrado que con la aplicación de un emoliente dos veces al día se puede reducir la incidencia de desgarros cutáneos en un 50%.1  

Adopte un abordaje holístico para evaluar el riesgo

Cuando evalúe a su paciente, es importante que tenga en cuenta toda su situación global, incluida su historia médica completa, movilidad, estado nutricional, factores económicos y sociales. A esto lo llamamos abordaje holístico de la evaluación. Una herramienta que puede ayudarle a ello es el Triángulo de Evaluación de Heridas. Puede leer más acerca de esta herramienta y cómo usarla aquí.  

Listado del programa de reducción del riesgo

Factor de riesgo: Piel

Qué debe hacer:

  • Evaluar la piel y averiguar si el paciente ha tenido desgarros cutáneos vez.
  • Si su paciente tiene piel seca, frágil o vulnerable, evalúe el riesgo de traumatismo accidental.
  • Maneje la piel seca y use un emoliente para rehidratar la piel.
  • Cree un plan individualizado de cuidado de la piel utilizando un limpiador respetuoso con la piel (no el jabón tradicional) y agua templada (no caliente).
  • Utilice cinta de silicona y vendas cohesivas de retención para prevenir el traumatismo cutáneo por adhesivos, apósitos y cintas.
  • Tenga en cuenta los medicamentos que puedan afectar directamente a la piel (por ejemplo, corticoides tópicos y sistémicos)
  • Sea consciente del aumento del riesgo en las edades extremas (por ejemplo, personas muy jóvenes o personas mayores)
  • Hable sobre el uso de ropa de protección (por ejemplo, espinilleras, mangas largas o vendas de retención)

Evite las uñas afiladas o las joyas cuando esté en contacto con su paciente.

Factor de riesgo: Movilidad
  • Anime a su paciente a que esté activo y haga ejercicio
  • Evite la fricción y la cizalla cuando mueva al paciente.
  • Use buenas técnicas manuales de manejo (consulte sus guías locales)
  • Lleve a cabo una evaluación del riesgo de caídas
  • Asegúrese de que su paciente lleva zapatos cómodos
  • Ponga con cuidado la ropa y las prendas de compresión
  • Asegúrese de que el entorno sea seguro (por ejemplo, quite cualquier obstáculo con el que el paciente pueda tropezar o chocar)
  • Utilice protecciones para el equipo y el mobiliario

Evalúe el posible daño en la piel causado por las mascotas.

Factor de riesgo: Salud general
  • Enseñe al paciente y a sus cuidadores cómo prevenir los desgarros cutáneos
  • Implique de manera activa al paciente y a los cuidadores en las decisiones
  • Optimice la alimentación y la hidratación (derive a un nutricionista si es necesario)
  • Derive al especialista si el paciente tiene problemas de percepción sensorial (por ejemplo, diabetes)

Tenga en cuenta cómo pueden afectar los medicamentos y la polimedicación a la piel del paciente.

Para más información sobre cómo evitar lesiones cutáneas en pacientes encamados, lea este artículo

Referencias
  1. ISTAP Best Practice Recommendations for the Prevention and Management of Skin Tears in Aged Skin 2018
  2. ISTAP Best Practice Recommendations for Holistic Strategies to Promote and Maintain Skin Integrity 2020

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